Como ya es costumbre, el Gobierno castrista apela a los foros internacionales para denunciar y obtener una condena al aislamiento al que dice estar sometido. La próxima Cumbre Iberomaericana no será excepción. Al parecer, los jefes de Estado y gobierno que se reunirán los días 28 y 29 de octubre en Asunción, Paraguay, tienen a estudio un proyecto de declaración "sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de América a Cuba y la aplicación de la llamada Ley Helms-Burton'".
Pero la realidad es muy diferente. La Ley Helms-Burton -un embargo unilateral definido por los Estados Unidos- no es un bloqueo, ya que contempla muchas excepciones, por motivos humanitarios, en materia de medicinas y alimentos, por ejemplo. Por otra parte, no impide en modo alguno el comercio de Cuba con el resto del mundo. Más aún, la página oficial del propio régimen exhibe las cifras de su comercio exterior, incluyendo las de su intercambio con los Estados Unidos que, con embargo y todo, resulta estar entre los cuatro principales socios comerciales de La Habana.
En una nota dirigida a la secretaría general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), el Proyecto Puente Democrático del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) lo explica en estos términos: "No existe ningún bloqueo económico, comercial y financiero sobre Cuba, como lo reconoce el propio Organismo Nacional de Estadísticas de ese país, brindando información oficial sobre sus intercambios comerciales con países de casi todo el mundo, entre ellos los Estados Unidos de América como su principal proveedor de alimentos y medicamentos".
Para comprobarlo, basta ingresar a la página y luego al ítem "Sector extreno" en la columna de la izquierda. En el cuadro de importaciones por origen, sólo Venezuela supera a los Estados Unidos en el continente americano. Y, a nivel mundial, únicamente China y España exportan más hacia Cuba que los EEUU.
Es por esto que el CADAL pide que la próxima Cumbre Iberoamericana, en vez de condenar un bloqueo inexistente, excluya a Cuba de su seno por incumplir la Declaración especial sobre defensa de la democracia suscripta en la ciudad argentina de Mar del Plata en el año 2010. En la misma, se establecía el compromiso de los miembros de la OEI con "la promoción, defensa y protección del Estado de Derecho, del orden democrático, de la soberanía de los pueblos, de los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluyendo entre otros el derecho a la vida, la libertad y la seguridad de la persona, el no sometimiento a torturas ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, el no ser arbitrariamente detenido, preso o desterrado, ni objeto de ejecuciones sumarias y arbitrarias, de desapariciones forzadas, y la libertad de opinión y expresión''.
La nota del CADAL, que lleva la firma de su director, Gabriel Salvia, y las adhesiones de referentes democráticos residentes en Cuba, recuerda además que el Protocolo de la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas) prevé como sanciones para quienes incumplan el compromiso democrático, el cierre parcial o total de las fronteras, la suspensión o limitación del comercio, tráfico aéreo y marítimo, comunicaciones y provisión de energía.
Esta cláusula estuvo en cierta forma inspirada por el derrocamiento de Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras en junio de 2009, cuando la mayoría de los países sudamericanos se negó a reconocer la situación de facto planteada por su sustitución por Roberto Micheletti. Sin embargo, los mismos gobiernos han utilizado reiteradamente un doble estándar para medir el grado de cumplimiento democrático en el caso de la dictadura de los hermanos Castro.
En definitiva, el único bloqueo real que vive Cuba es aquel al cual la somete el propio régimen castrista: un bloqueo político determinado por un régimen de partido único que no reconoce la libertad de asociación ni de expresión; y económico, porque luego de décadas de una rígida -y fracasada- planificación estatal que ha hundido a los cubanos en la miseria, todavía se mantienen fuertes restricciones a la iniciativa privada que limitan el desarrollo de sus fuerzas productivas.