Araya estuvo ese 23 de septiembre junto a su jefe en Clínica Santa María de Santiago. Llegó allí tras recibir una llamada telefónica del propio Neruda que, según declaró a La Cuarta el chofer, le pidió ayuda.
"Yo estaba en Isla Negra (una población situada a unos pocos kilómetros al sur de Valparaíso, donde quedaba la casa del poeta), recogiendo unas cosas que él se llevaría al exilio. Me llamó por teléfono y me dijo que regresara de inmediato a Santiago. Que un médico que no conocía había entrado a su pieza y lo habia pinchado en el estómago mientras dormía", aseguró Araya.
Pablo Neruda estaba enfermo de cáncer de próstata, "pero lo sobrellevaba muy bien", detalló y agregó que "ese día, estaba pendiente de su viaje a México. No estaba mal y no tenía por qué haber muerto. El gobierno militar no quería que saliera del país, y por eso lo hizo".
El chofer narra en la entrevista que no bien llegó a la clínica constató la inyección de la que le había hablado su jefe. "Estaba totalmente rojo, como cuando una persona sufre una reacción alérgica grave. Le miré el estómago y pensé que le había picado una pulga, pero él me dijo que era la marca del pinchazo, yo vi la marca de la aguja. Estaba muy enfermo, pero no era por el cáncer, estaba como envenenado". Vea el video de la denuncia:
Araya fue una de las últimas personas en ver con vida al poeta chileno, pero no pudo acompañarlo en el momento de su muerte. "A mí, extrañamente, me mandaron a comprarle medicamentos al centro de Santiago. Me bajé del auto a las 19 horas y de pronto me salieron unos hombres con armas. Me golpearon hasta dejarme inconsciente. Desperté arrestado en el Estadio Nacional. A esa hora, Neruda estaba muerto, falleció justo cuando quedó solo. Por eso no estaba con él cuando murió", explicó.
El denunciante fue asistente del premio Nobel de Literatura desde 1972."Lo envenenaron. Fue ese maldito pinchazo lo que lo mató, estoy seguro".