Según Philip Crowley, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela informó a la embajada de Washington que el gobierno del presidente Hugo Chávez había retirado la aprobación de su nuevo embajador, Larry Palmer.
Su nombramiento todavía aguarda la confirmación en el Senado del país del norte.
"Obviamente, eso tiene consecuencias en términos de nuestra relación con Venezuela", dijo Crowley en conferencia de prensa. "Les hemos advertido que si ellos retiran el consentimiento, esto tendría un impacto en nuestras relaciones actuales. Ellos han tomado esta decisión. Y obviamente vamos a evaluar qué hacer a la luz de ella", agregó.
Washington y Caracas han tenido fuertes desacuerdos en torno al nombramiento de Palmer ocurrido en agosto, cuando Chávez dijo que no se le permitiría asumir su puesto, en razón de que el diplomático hubiera criticado al gobierno venezolano.
Estados Unidos es el principal comprador de petróleo de Venezuela, pero las perspectivas de una distensión diplomática parecen cada vez más remotas después de que la Asamblea Nacional decidió otorgar a Chávez amplios poderes especiales para legislar por decreto.
Philip Crowley dijo que los Estados Unidos no tenían intención de retirar la nominación de Palmer y se negó a decir si como represalia podría anular la acreditación para el embajador de Venezuela en Washington. "Cuando decidamos qué hacer, se lo haremos saber", aseguró.
El portavoz además sostuvo que los Estados Unidos siguen convencidos de que Palmer es la persona adecuada para el trabajo. "Creemos que precisamente porque hay tensiones en la relación, es importante para mantener las comunicaciones diplomáticas al más alto nivel", consideró.
Chávez ha tomado el manto del ex presidente cubano Fidel Castro como el principal crítico de Washington en América Latina.
El mandatario venezolano había dicho inicialmente que esperaba mejorar las relaciones con los Estados Unidos bajo el gobierno del presidente Barack Obama, pero eso rápidamente se agrió y el líder de izquierda ahora utiliza la misma retórica despectiva de antes sobre Washington.