La actual gestión presidencial de Boca no encuentra el rumbo. Hoy, tras la derrota en el Superclásico, los hinchas buscan al responsable del momento del equipo y no son los jugadores o los técnicos los apuntados: en la mira está Ameal.
El presidente asumió casi por casualidad, por la inesperada muerte de José Pompilio, de quien era su vicepresidente. No fue por capacidad que llegó al puesto, sino por decantación. Una especie de pasaba por ahí, ví luz y subí...
Durante su gestión, Boca apenas ganó un torneo, el Apertura 2008, en aquel recordado desempate con Tigre y San Lorenzo, un día antes de la Navidad de aquel año.
Luego, los errores se encadenaron de manera contínua, y Ameal demostró su incapacidad como piloto en cada una de las tormentas.
Los principales errores de la gestión presidencial:
Carlos Bianchi, el manager:
La contratación del "Virrey" en una función administrativa fue la primera medida de Jorge Amel como presidente. La relación del ex técnico con el entrenador del momento, Carlos Ischia, nunca fue buena, y el club quedó expuesto con el affaire Caranta, nunca esclarecido.
Bianchi se entrometió en la negociación de los contratos: prefirió la renovación de los de juveniles como Lucas Viatri, Pablo Mouche o Nicolás Gaitán, al de los referentes como Martín Palermo o Hugo Ibarra. Éste último, al final, abandonó el club.
La falta de títulos:
Lo dicho: el único campeonato ganado se dio apenas asumido. Luego, en 2009 y pese a las grandes contrataciones, Boca firmó los peores torneos de su historia.
El contrato de Riquelme:
Fue una apuesta política. Ameal aceptó el pedido casi extorsivo de Riquelme respecto de los números y el tiempo que el enganche pedía. El presidente aceptó y entonces Román cobra $ 4.937.500 por año, lo que significa $ 13.500 por día para un club que no atraviesa su mejor situación económica.
La duración del contrato también generó polémica: cuatro años para un jugador de 32 años que apenas puede recuperarse de las lesiones que lo aquejan cada vez más seguido fue uno de las medidas más criticadas.
Los conflictos internos:
La eterna pelea Riquelme-Palermo que genera adeptos de un lado y del otro y que, indefectiblemente prommueve los grupos, atenta casi de manera inevitable contra los objetivos del club.
Las peleas constantes, los enfrentamientos personales que superan las metas deportivas, los beneficios de algunos emblemas del plantel que no son los mismos para el resto, los permisos que no corresponden, fueron siempre protagonistas de un plantel que hace y deshace a gusto, de acuerdo al humor con el que enfrentan cada día.
Los técnicos que pasaron:
Fueron cinco, que en realidad podrían contarse como siete en menos de dos años. Comenzo con Carlos Ischia, quien logró el título de 2008. Tras esa corona y tras una muy mala campaña, Abel Albes asumió su primer interinato.
El "Chueco" sufrió los mencionados conflictos internos y debió irse porque los mismos se trasladaban al campo de juego y los resultados le marcaron el adiós.
Se contrató a Alfio Basile, que en su etapa anterior había ganado los cinco títulos que había disputado con Boca. Sin embargo, esta vez, la historia salió al revés: ningún título, escándalos con el plantel, un contrato oneroso que no se tradujo en logros deportivos y el adiós.
Se recurrió al responsable de las divisiones menores, Roberto Pompei, quien tampoco pudo encausar al plantel y hoy volverá a tomar el mando una vez que se confirme la renuncia de Claudio Borghi.
"El Bichi" llegó a Boca tras sacar campeón a Argentinos Juniors. Ameal creyó que sólo eso era suficiente para contratarlo; su llegada no estuvo respaldada por una decisión estudiada, sino simplemente por la necesidad inmediata de ganar.
El pasivo del club:
La llegada de Borghi a Boca le generó al club un gasto de 12 millones de dólares en refuerzos. Y tal como lo expresara el tesorero Daniel Angelici, el pasivo de la institución oscila entre los 10 y 11 millones de dólares por año.
Un total de pérdida de 130 millones de pesos, según arrojaron los números del balance 20080/09 -tras la gestión compartida con Pompilio-, una cifra difícil de explicar para un club que ha vendido futbolistas en cifras de alto impacto, como Juan Forlín, Nicolás Gaitán y Ezequiel Muñóz, entre otros.
La gestión de Jorge Ameal es definitivamente negativa. Ineptitud, incapacidad, mala suerte o destino. Quién sabe.