Qué comer antes de un examen de tiroides

Los estudios de control que se realizan en pacientes operados de cáncer en estas glándulas van acompañados de una dieta pobre en yodo, que debe iniciarse con anticipación. Qué productos y comidas son los recomendados

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 Walter Silva (Fotomontaje) 162
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En la Argentina, la tasa de incidencia del cáncer de tiroides viene en franco ascenso, sobre todo entre las mujeres (es de 3 a 4 veces mayor que en los hombres). Según la Asociación de Pacientes con Cáncer de Tiroides de la República Argentina (Actira), se diagnostican cerca de 2.600 casos por año. No obstante, es uno de los tumores malignos con mejor pronóstico si se lo detecta y trata a tiempo.

La glándula tiroides es un órgano fundamental para el organismo porque produce, almacena y libera hormonas tiroideas (T3 y T4) al torrente sanguíneo. Éstas ejercen influencia en la mayor parte de las células y colaboran en el control de sus funciones.

En la mayoría de los casos, no hay razón aparente de desarrollo de esta enfermedad, y el signo principal de su aparición es un bulto (nódulo) en el cuello. El médico puede descubrirlo durante un examen físico de rutina o la misma persona puede notarlo al mirarse en un espejo.

En algunos casos el afectado puede sufrir dolor en la zona, en la mandíbula o el oído, "y si el nódulo es lo suficientemente grande puede causar dificultad al tragar, sensación de 'cosquilleo en la garganta' o dificultad para respirar si está presionando la tráquea", explicó Eduardo Faure, jefe de Tiroides del Servicio de Endocrinología del Hospital Churruca.

El tratamiento primario de todas las formas de cáncer de tiroides es la cirugía. Después, los pacientes necesitan tomar hormona tiroidea de por vida, y realizarse controles periódicos para evitar la reaparición del tumor. Entre ellos se encuentran los exámenes físicos, los análisis de sangre y el centellograma o rastreo corporal total para determinar si todavía persisten células cancerígenas.

Dieta especial
Dos semanas antes de someterse a un centellograma, el médico receta a los pacientes una dieta especial pobre en yodo. Para que este período previo no resulte una carga para el afectado, Actira ofreció una serie de combinaciones de comidas que pueden resultar útiles:

- Sugerencias de desayuno y merienda:
Modelo 1: té con limón, jugo de frutas, galletas de arroz sin sal y mermelada casera (fabricada con fruta fresca trozada, azúcar y jugo de limón).
Modelo 2: licuado de frutas hecho con agua (no mineral), galletas de arroz sin sal y mermelada casera.
Modelo 3: infusión, merengue casero y ensalada de frutas.

- Sugerencias de almuerzos:
Sopa de verdura con caldo casero o sopa de arroz con caldo de verdura casero, carne vacuna (al horno, a la plancha o a la cacerola), o ensalada de verduras frescas condimentadas con aceite y limón. De postre, frutas, manzana asada o compota de frutas.

- Sugerencias de cenas:
Cazuela de verduras, arroz con verduras, revuelto de verduras con clara de huevo, vegetales rellenos con verdura o arroz, o arroz con salsa de tomates filetto.

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