Cuarenta y cinco días después de sufrir el golpe más importante de su vida, el accidente automovilístico que costó la vida de tres de sus amigos, Diego Buonanotte contó cómo se recupera tanto en lo físico como en el aspecto psicológico, para lo cual sirvió tanto su fe en Dios como el apoyo de sus compañeros.
"El Enano", que lleva dos rosarios, reconoció: "Siempre fui creyente y ahora más que nunca. Aunque siempre me pregunto 'por qué me tocó esto', estoy vivo. Siempre que puedo voy a la iglesia y pido por mis amigos que ya no están".
También lleva tatuados en el brazo izquierdo los nombres de sus tres amigos fallecidos en el accidente del 26 de diciembre pasado: "Siempre tuve miedo (para los tatuajes), pero vino un amigo que me acompañó en estos días y nos surgió la idea de tatuarnos. Fuimos y nos hicimos el mismo tatuaje los dos. Es un recuerdo. No es para que se vea sino para tener a los chicos siempre presentes. Aunque nunca nos vamos a olvidar, lo tomamos como una muestra de cariño para los chicos que ya no están".
Sobre el accidente en sí, afirmó: "Yo estoy tranquilo porque sé que no hubo una irresponsabilidad mía. Veníamos bien, charlando, escuchando música. Había un tanto de agua... No sé cuánto, no me acuerdo, pero le puede pasar a cualquiera".
En declaraciones al diario deportivo Olé, el futbolista de River contó también que toma pastillas para dormir y que, hasta la semana pasada, trataba de que las horas se le pasaran "lo más rápido posible". Haber empezado a entrenarse, en cambio, le ayudó para despejarse: "Cuando estás ahí te olvidás de todo. Ya el lunes tenía ganas de ponerme los botines y salir a jugar".
Buonanotte agradeció el apoyo de sus compañeros, quienes le brindaron un recibimiento "espectacular". "Esperemos que todo esto me dé fuerzas para empezar a levantarme de a poco", añadió.
Por ejemplo, reveló que Matías Almeyda lo invitó a vivir a su casa: "Cuando yo estaba solo acá en Buenos Aires con mi vieja, me invitó a vivir en su casa porque hay más comodidades, y estar con su familia así me sentía más rodeado. Eso para mí fue bárbaro, aunque no acepté".
En cuanto a lo estrictamente físico, destacó que "lo más complicado es el brazo derecho, ya que tiene que pasar un tiempo para que se suelde el hueso" debido a la fractura de húmero que sufrió. "Después no tengo ningún golpe, no me duele nada. Ando con el corset sólo por algo en una vértebra, pero en los estudios que se hicieron está todo bien", prosiguió.
Y agregó: "Estoy contento porque ya empecé a trabajar con el plantel. Sé que no se puede arrancar de golpe. Me encantaría ya entrenarme con todo, pero voy de a poquito. El lunes hice bicicleta y algo de fuerza de piernas. De a poco voy acomodando el cuerpo".
Si bien no se ilusiona con un rápido regreso ?"eso hay que preguntárselo a los médicos"-, aseguró que no piensa tanto en este campeonato sino en el próximo, y que para entonces se imagina un retorno "de la mejor forma" y en el Monumental.
No obstante, remarcó que "hay cosas mucho peores que no jugar a la pelota". "Obviamente eso tiene solución. Hoy no puedo jugar porque tengo un golpe... Estás lesionado pero mañana pasa y podés jugar. En cambio, hay cosas que no se reemplazan o no tienen solución", detalló.
En ese sentido, comentó que "hasta que te pasan las cosas no pensás así". "A lo mejor alguien no me va a entender y me dice: 'Tenés que volver, tenés que volver'. Pero al que no le pasó, el que no vivió algo así, piensa diferente [?] Problemas son los que no tienen solución, como lo que me tocó vivir".