Uno de los tres escaladores italianos que sobrevivieron la semana pasada a la tragedia en el cerro Aconcagua, Matteo Refrigerato, reveló que a la integrante del grupo que murió, Elena Senin, tuvieron que abandonarla en la cumbre porque "estaba inconsciente y no había ninguna esperanza de salvarla", al tiempo que elogió al guía argentino que también falleció en la montaña.
Sobre éste, Federico Campanini, de 31 años, quien falleció tras pasar dos noches a casi 30 grados bajo cero, Refrigerato sostuvo que hizo todo lo que estuvo a su alcance, e incluso se arrojó para salvar a otro miembro del grupo, Mirko Affasio, cuando había sido atrapado por una avalancha.
"Hemos tenido el honor de encontrarnos en estos días con los padres de Federico. Era una persona excepcional. Un profesional 100 por 100 y no tenemos nada que recriminar sobre su comportamiento hasta el final", aseguró Matteo, en declaraciones al Diario Uno de esta ciudad.
En diálogo telefónico desde el Hospital Italiano, donde se recupera de sus lesiones, el montañista italiano precisó además que el guía argentino llegó a la cima del Aconcagua perdido a causa de una descompensación.
Los cuerpos sin vida de Campanini y de la italiana Senin permanecen en el Aconcagua -el pico más alto de América, con 6.962 metros de altura-, ya que no pudieron ser bajados por la patrulla de rescate que auxilió a los sobrevivientes, la semana última.
Junto con Matteo Refrigerato, de 35 años, se encuentran internados Mirko Affasio, de 39, y Marina Attanasio, de 38, quienes fueron evacuados en un operativo especial por miembros de la Patrulla de Rescate de la Policía y de andinistas de Mendoza.
Refrigerato relató: "Estamos en un nivel físico de franca recuperación pero necesitamos el descanso absoluto. Por ahora queremos postergar lo más posible esta historia para poder contarla cuando estemos mejor anímicamente. Hablaremos con la prensa antes de nuestra partida".
Con Antonella Targa, de 50 años, la quinta integrante del grupo que se salvó porque debió abandonar el ascenso, acordaron que harán una conferencia de prensa para responder las inquietudes del periodismo local y nacional.
Es que hasta el momento los italianos sólo se comunicaron con medios de su país, donde los hombres relataron que bebieron su orina para no deshidratarse.
Entre los diarios figura La Stampa, que publicó una nota el lunes en la que los italianos -ambos amigos desde la infancia- recordaron parte de sus vivencias.
Para comenzar la entrevista con el periodista Emiliano Guanella, las palabras de Matteo fueron elocuentes: "En esos momentos tenés que elegir y nosotros tuvimos que hacerlo. Elena (la integrante del grupo que falleció) no respondía más, rodó varias veces sobre la nieve, estaba inconsciente, no había ninguna esperanza de salvarla y la tormenta se acercaba".
"Tuvimos que descender para encontrar el sendero y la dejamos en la cima, porque de lo contrario los muertos íbamos a ser todos", aseveró dramáticamente.
El equipo ítalo-argentino llegó a la cumbre más tarde de lo previsto y al emprender su regreso fue sorprendido por un fuerte temporal.
Al parecer, Elena se resbaló en un bloque de hielo y rodó varios metros. Cuando la alcanzaron, Matteo rememoró con tristeza: "La tomé a cachetadas. Le gritaba y no respondía. Estaba completamente ida y sin sus guantes. Habíamos hecho todo lo posible".
"El instinto natural de supervivencia nos empujó a irnos -continuó-. Bajamos un metro con la radio satelital para lanzar la alarma. Cargué a Mirko sobre mis espaldas porque tenía la vista dañada por el sol. Nos abrazamos durante toda la noche para darnos calor y nos dimos aliento a los gritos. El día después escuchamos la voz de los socorristas y no nos parecía real".
"Es un milagro estar vivo", remarcó además Matteo, para quien sus deseos de volver a la montaña siguen intactos.