Pompilio murió en su casa de Bernal y deja en Norma, su esposa, y en Leandro y Natalia, sus dos hijos, el legado imborrable de haber sido un directivo ejemplar, que en los momentos más críticos de Boca Juniors hasta puso dinero de su bolsillo para acompañar el salvataje del club que amaba.
Pompilio asumió la conducción de la institución el año pasado, luego de ganar las elecciones internas por un amplio margen, pero siempre estuvo en cargos directivos, ya que fue vicepresidente durante la gestión en Boca del actual jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
Ayer estuvo en el estadio de Banfield, porque iba a todas las canchas, presenciando del triunfo de su querido Boca Juniors.
, luego de convertir el gol de la victoria.
", le dijo recientemente a
, en un extenso reportaje que concedió y donde reveló que el mejor regalo que recibió fue un 6 de enero, cuando era muy chico, y los "Reyes Magos" le trajeron una camiseta del club de sus amores.
"
", sostuvo, sin saber que ese anhelo jamás lo podría cumplir.
Pompilio, a quien le gustaba salir a trotar por las mañanas, todos los días llegaba a Boca muy temprano para cumplir con sus actividades.
Sereno, amable, simplemente "Pedro" para sus amigos, el presidente de Boca dejó un huella imborrable en la institución a la que le dedicó, precisamente, gran parte de su vida.
Asimismo, pidieron que ?no manden flores y que el dinero de los obsequios florales las donen a Unicef.