La Corte Suprema de Justicia resolvió anoche que la investigación del atentado contra la Embajada de Israel -ocurrido el 17 de marzo de 1992- no prescribió, porque aún están vigentes las órdenes de captura libradas hace más de siete años contra dos supuestos terroristas de origen libanés, según confirmaron fuentes judiciales.
El tema fue tratado en el acuerdo de ministros, que se prolongó durante toda la tarde.
Según los voceros consultados, el fallo -que ya fue firmado por varios ministros del tribunal y que será por unanimidad- podría salir hoy muy temprano para que las partes sean notificadas, de acuerdo con lo que se dejó trascender en la Corte.
El Alto Tribunal recibió en mayo pasado, de manos del padre de una de las víctimas, un pedido para que se declare la imprescriptibilidad del delito y que pueda ser investigado sin correr riesgo de prescribir, teniendo en cuenta que en marzo próximo se cumplirán 15 años del ataque.
Los miembros de la Corte evitarán pronunciarse sobre la imprescriptibilidad del atentado como delito de lesa humanidad, para no entrar en el debate sobre la eventual reapertura de causas por los crimenes cometidos por la subversión.
El mes pasado, el procurador general, Estaban Righi, opinó que en el caso la prescripción no es de temer ya que la misma debe ser pedida por los imputados, lo que no ocurrió ya que en la causa no hay acusados y los únicos dos implicados están rebeldes con pedido de captura.
Según pudo saber Infobae.com, la Corte sostiene que al estar pendientes las capturas, la causa no puede prescribir, por lo tanto la investigación no se cerrará.
Los pedidos de captura fueron librados contra Imad Fayez Moughnieh, un libanés ex jefe de operaciones del Hezbollah, conocido porque en 1985 secuestró un avión en el que murió un norteamericano, y Samuel Salman el Reda, colombiano de origen libanés, sospechoso de ser el coordinador local del ataque.