“La ciudad y los perros”, la novela de Mario Vargas Llosa que narra los maltratos en el colegio Leoncio Prado

Descubre cómo la realidad y la ficción se entrelazan en un relato que sigue resonando décadas después con la exposición de la desnudez de los cadetes que tuvo lugar el pasado 10 de agosto y en la misma entidad educativa de formación militar.

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La novela de Mario Vargas Llosa tuvo una película bajo el mismo nombre y la cual fue dirigida por Francisco J. Lombardi.

La novela “La ciudad y los perros” (1962) de Mario Vargas Llosa aborda de manera impactante cómo la violencia, tanto física como psicológica, genera un impacto negativo en la salud mental de los cadetes del Colegio Militar Leoncio Prado. Lo descrito por el nobel peruano vuelve a encontrar un eco preocupante en la realidad actual, tal como ocurrió el pasado 10 de agosto del presente año.

No hay duda que Vargas Llosa desafió a los lectores, a través de su reconocida obra y su escrito crudo y realista, a reflexionar cómo las medidas de crueldad que se ejercen en una jerarquía dentro de la institución de formación militar termina por afectar la personalidad y estado emocional de los estudiantes.

¿De qué trata ‘La Ciudad y los perros’?

La temática del libro es muy fuerte, ya que se hablan de temas que comúnmente se trata de esconder a la opinión pública; tal como ocurre en una escena de asesinato en la que el alto mando militar trata de esconderlo.

La novela utiliza varias escenas donde se muestra el machismo y la violencia del colegio militar de Lima, una crítica o denuncia a la sociedad peruana que realizó el nobel peruano en su escrito.

“El bautizo de un perro”

Durante el evento, los novatos son forzados a adoptar un comportamiento similar al de los perros, realizando acciones como lamerse y morderse, así como cargar a otros sobre sus espaldas, e incluso meterse en los urinarios de los baños. La escena muestra así la deshumanización y la vulnerabilidad de los personajes en un entorno militar opresivo.

Como respuesta a esto, algunos jóvenes forman un grupo llamado el “Círculo”, con la intención de vengarse de los cadetes superiores. A la cabeza de este grupo se encuentra el Jaguar, un joven violento que planifica ataques contundentes contra sus adversarios y que también asume el rol de líder entre los demás muchachos, incitándolos a la violencia.

El robo del examen

En su quinto año, Cava, un estudiante proveniente de la sierra, comete un acto de robo al tomar un examen de química siguiendo las instrucciones del Jaguar. Las autoridades del colegio se enteran pero no logran identificar al culpable.

Ante ello, deciden tomar represalias contra todos los jóvenes y los encierran y retienen en el colegio de forma indefinida. Ricardo Arana, “el Esclavo”, no pudo soportar más el no poder salir de la institución y ver a su novia, por lo que termina confesando que Cava fue el culpable del robo y posteriormente lo terminan expulsando.

El asesinato

Jaguar, quien era cómplice de Cava, termina asesinando a Ricardo durante una sesión de práctica de tiro, como resultado de su enojo por la expulsión de su amigo.

Alberto, convencido de que Jaguar era el responsable de la muerte de Esclavo, a pesar de la falta de pruebas, denuncia las irregularidades de sus compañeros de colegio y acusa a Jaguar ante el teniente Gamboa por su negocio de respuestas de examen, venta de cigarrillos, revistas pornográficas, entre otros.

La acción del teniente resulta ineficaz, ya que sus superiores rechazan emprender una investigación con el fin de evitar cualquier controversia que pueda perjudicar la reputación de la institución. Utilizan amenazas contra Alberto para asegurar su silencio y ordenan el traslado del teniente.

Los cadetes sancionados gracias a la declaración de Alberto creen erróneamente que el Jaguar los traicionó movido por el resentimiento. Como resultado, el Jaguar es objeto de desprecio y humillación por parte de sus compañeros, y experimenta por primera vez un sentimiento de soledad. La historia continúa y Jaguar termina confesando al teniente Gamboa que él era el responsable de la muerte de Esclavo.

Ficción y Realidad: El eco de Vargas Llosa en el colegio Leoncio Prado

Con esta obra, Mario Vargas Llosa realiza una crítica directa al sistema educativo dirigido por los militares.

En la narrativa, se retrata cómo la vida de los estudiantes de secundaria en Lima es moldeada mediante una disciplina castrante y rigurosa, lo que luego los lleva a un estado de deshumanización y a la reproducción de valores negativos.

La novela también explora las consecuencias psicológicas de la presión y la humillación en los jóvenes cadetes, evidenciando cómo la violencia de los superiores afecta negativamente su desarrollo emocional y personalidad.

Lo denunciado por la periodista Jacqueline Fowks manifiesta que la obra de Vargas Llosa no es para nada alejada a la realidad de aquel entonces. Pese a haber sido escritos décadas atrás, un acontecimiento inhumano vuelve a ser el centro de atención en la sociedad por las situaciones lamentables a las que son sometidos los cadetes del colegio que curiosamente mencionó el autor: Colegio Militar Leoncio Prado.

“11 pm jueves 10 de agosto, patio del Colegio Militar Leoncio Prado: nuevo castigo a los cadetes, hacerlos formar por 20 minutos desnudos y descalzos”.

Los menores de edad fueron sometido a humillaciones como parte de un castigo. Foto captura: Twitter/ Jacqueline Fowks.
Los menores de edad fueron sometido a humillaciones como parte de un castigo. Foto captura: Twitter/ Jacqueline Fowks.

La publicación en Twitter de la comunicadora adjunta la fotografía de al menos diez adolescentes completamente desnudos formados en el patio de la institución. Sucede en el 2023, 61 años después de la novela “La ciudad y los perros”.

En nuestra nación, donde aún persiste una falta de atención significativa hacia la salud mental, es posible que instructores y superiores en el ámbito militar busquen imitar sus propias experiencias o normalizarlas y las transmitan a las nuevas generaciones. Sin embargo, lo ocurrido el pasado 10 de agosto en el colegio Leoncio Prado es algo que no se debe justificar. Por lo contrario, son prácticas que, dadas las consecuencias expuestas en la novela y avalado por especialistas de la salud mental, deben ser erradicadas.