Las pastelerías centenarias de Madrid se unen para ‘rejuvenecer’ las rosquillas de San Isidro: de piruleta, de nube o de petazetas

Estas 5 pastelerías, que suman más de 780 años de historia, han creado por primera vez unas deliciosas rosquillas infantiles con sabores sorprendentes, perfectos para los más pequeños

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Las nuevas rosquillas de piruleta de El Riojano, listas para San Isidro
Las nuevas rosquillas de piruleta de El Riojano, listas para San Isidro

San Isidro Labrador es el patrón de Madrid y su nombre se asocia a uno de los dulces más famosos de la Comunidad: las rosquillas. El 15 de mayo se celebran las fiestas dedicadas a este santo, con celebraciones tradicionales, como la romería en la Pradera de San Isidro o la feria taurina de San Isidro, pero también con recetas típicas de la ciudad, como la limonada, elaborada con un toque de vino blanco, o las rosquillas de San Isidro.

Coincidiendo con esta festividad, cinco pastelerías centenarias de la ciudad se han unido para lanzar la iniciativa “Siempre seremos Pequeños” junto a Madridulce, creando una versión infantil de las clásicas rosquillas de San Isidro con las que pretenden acercar la cultura madrileña a los más pequeños. El Pozo, Casa Mira, El Riojano, La Mallorquina, y La Duquesita son las cinco pastelerías encargadas, establecimientos que suman más de 780 años de historia. Todas ellas trabajarán conjuntamente y, además de las rosquillas clásicas que venden todos los años, elaborarán por primera vez una rosquilla infantil que parte de la tradicional, pero evoluciona a sabores reconocibles por los niños.

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Durante unos días, las cinco pastelerías generarán un circuito único en la Festividad de Madrid y propondrán visitar las cinco pastelerías y degustar sus rosquillas infantiles, aptas para todos los públicos. Las cinco rosquillas infantiles estarán disponibles del 10 al 15 de mayo en El Pozo, Casa Mira, El Riojano, La Mallorquina y La Duquesita.

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El Pozo: rosquilla de nubes

La pastelería El Pozo invitará a descubrir sus rosquillas de nubes de azúcar. “Nos faltan siete años para cumplir 200 y lo importante es cumplirlos, aportando un valor”, afirma Estrella Leal, gerente y tercera generación propietaria de El Pozo. “Entre los cinco centenarios cumplimos 780 años. Son muchos años pero no nos sentimos mayores. Todo lo contrario. Y con esta rosquilla infantil esperamos compartir nuestras ganas de hacer cosas nuevas, de hacer cosas juntos, de enseñar nuestras marcas y de enseñar la cultura de Madrid”, asegura Estrella Leal.

Rosquilla de nube de azúcar de El Pozo (Cedida)
Rosquilla de nube de azúcar de El Pozo (Cedida)

Para hablar de los orígenes de esta pastelería, una de las más antiguas de la capital, hay que remontarse al año 1830, fecha en la que la familia Agudo fundó esta pastelería en el número 8 de la calle del Pozo, tomando el nombre de esta. La tienda, aunque reformada en varias ocasiones, todavía mantiene su mobiliario original con su mostrador de mármol y madera, su máquina registradora antigua, una balanza clásica de dos platos y lámparas de gas. Conserva, además, el sabor de su antiguo obrador, manteniendo las recetas originales que siguen elaborando de forma artesanal, entre las que destaca su famoso hojaldre que ha dado tanta fama al establecimiento.

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Casa Mira: rosquilla de chocolate blanco, frambuesa y petazetas

Casa Mira presentará sus rosquillas de chocolate blanco, frambuesa y petazetas sobre una masa tradicional de las rosquillas del 15 de mayo. “Casa Mira siempre ha sido una empresa familiar. Hay un orgullo por lo que hacemos. Disfrutamos y cuidamos todo al máximo porque estamos es nuestra Casa. Y Desde ese punto de vista, siempre seremos pequeños”, subraya Carlos Ibáñez, sexta generación de la familia que fundó Casa Mira en 1842. Vinculado a esta iniciativa, Carlos Ibáñez afirma que le gustaría que en el Día de San Isidro “Casa Mira estuviera llena de niños” e invita a los mayores “a volver a ser pequeños”.

Elaboración de las rosquillas de chocolate blanco de San Isidro, en Casa Mira
Elaboración de las rosquillas de chocolate blanco de San Isidro, en Casa Mira

Casa Mira fue pionera en vender turrones en la ciudad de Madrid, un negocio que llegó desde Jijona hace 157 años, de la mano de Luis Mira un maestro artesano del turrón con una inusitada visión empresarial para la época. La extraordinaria calidad de la materia prima y su cuidada elaboración, hicieron que la fama de los turrones de Mira se extendiera rápidamente.

El Riojano: rosquilla sabor piruleta

El Riojano parte de la versión clásica de estas delicias de San Isidro y elaborará una rosquilla de piruleta. El Riojano es una de esas pastelerías ubicadas en el centro de Madrid que siempre está llena de gente y a pesar de ello, Roberto Martín afirma que conoce a muchos de sus clientes porque algunos llevan años junto a la marca. “El Riojano, va más allá de una moda y ha generado relaciones personales con la ciudad de Madrid”. “Ahora, nos gustaría ver el 15 de mayo nuestras tiendas llenas de niños porque queremos que los que vienen detrás, conozcan nuestras pastelerías”, añade Roberto Martín, sobre el reto de las pastelerías y de los centenarios de llegar a nuevos públicos.

Elaboración de las rosquillas de piruleta de El Riojano
Elaboración de las rosquillas de piruleta de El Riojano

Fundada en 1855 por el pastelero personal de la reina María Cristina de Borbón, Dámaso Maza, oriundo de La Rioja, de ahí el apodo con el que se le conocía y que da nombre al establecimiento. El fundador no tuvo descendencia, por lo que el negocio pasó a mano de sus dos maestros pasteleros, que, a su vez, unieron en matrimonio a sus hijos para asegurarse la perpetuidad de la unión personal y laboral. Así se han mantenido durante siete generaciones hasta que los actuales propietarios lo recibieron de sus jefes por falta de descendencia.

La Mallorquina: rosquilla de chocolate con leche

La Mallorquina apuesta por una rosquilla de uno de los sabores preferidos de los más pequeños de la casa: chocolate con leche. “Nunca hemos sido una empresa sino una pastelería y cuando nos preguntan si somos la pastelería de la Puerta del Sol, nos hace muy felices”, asegura Ricardo Quiroga, gerente de La Mallorquina, que este año cumplirá 130 años en la Puerta del Sol. “Aquí han trabajado familias, padres, luego hijos porque Mallorquina es una pastelería muy próxima y va a ser siempre muy próxima”, e incide, respecto a esta acción, en la importancia “de acercar las marcas centenarias también a los más pequeños” porque -insiste Ricardo Quiroga- “lo que hacemos está lleno de autenticidad”.

Rosquillas de chocolate con leche de La Mallorquina
Rosquillas de chocolate con leche de La Mallorquina

Si vienes a Madrid y no pasas por La Mallorquina es como si no hubieras pasado por Madrid. Es una afirmación difícil de negar si se observa la larga historia y la ubicación de esta cafetería madrileña. Aunque en realidad fueron tres mallorquines (Balaguer, Coll y Ripoll) quienes fundaron el establecimiento, nada menos que en 1894, esta pastelería forma parte de la historia de Madrid.

La Duquesita: rosquilla de avellana, gianduja y barquillo, rematada de frambuesa y albaricoque

La rosquilla infantil de La Duquesita parte de la avellana, gianduja y barquillo, y se termina con aromas a frambuesa y albaricoque. Para Oriol Balaguer, La Duquesita siempre será pequeña por la forma de trabajar y aunque crezca, los pasteles, las pastas y los hojaldres se elaborarán uno a uno, de una manera muy artesana, en busca de la máxima calidad. A juicio de Oriol Balaguer, que recuperó la marca en 2015, además de la calidad, el reto es innovar “y proponer sabores nuevos que inviten a abrir la puerta cada día”.

Las rosquillas infantiles de La Duquesita
Las rosquillas infantiles de La Duquesita

La Duquesita abrió sus puertas por primera vez en 1914 y, durante su trayectoria, vinculada a la familia Santamaría, se consolidó como una de las pastelerías emblemáticas de Madrid. En 2015, tras cumplir cien años, cerraba sus puertas por la jubilación de sus dueños, la tercera generación de pasteleros. Oriol cogió el testigo, elevando esta pastelería a lo más alto del mundo de lo dulce.