James Laurenson, actor de “The Crown” y “Coronation Street”, murió a los 84 años

La causa del deceso del laureado intérprete aún no se ha revelado

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El actor tuvo una prolífica carrera actoral de más de 50 años 
(Photo by David M. Benett/Dave Benett/Getty Images)
El actor tuvo una prolífica carrera actoral de más de 50 años (Photo by David M. Benett/Dave Benett/Getty Images)

El actor neozelandés James Laurenson, reconocido por su amplia trayectoria en teatro, televisión y cine, ha fallecido a los 84 años. Laurenson, quien se trasladó a Gran Bretaña desde Nueva Zelanda a principios de los años 60, dejó una huella imborrable en el mundo del entretenimiento con su versatilidad y talento.

James Laurenson nació el 17 de febrero de 1940 en Marton, Nueva Zelanda. Desde joven, fue influenciado por el teatro gracias a su padre, también actor aficionado, y por la escritora de crimen Ngaio Marsh, quien lo dirigió en varias producciones estudiantiles. A lo largo de su vida, Laurenson se mantuvo fiel a su pasión por la actuación, dejando un legado de diversidad y profundidad en sus roles.

James Laurenson hizo historia en la industria del entretenimiento al protagonizar el primer beso entre dos hombres en televisión
(Photo by Silver Screen Collection/Getty Images)
James Laurenson hizo historia en la industria del entretenimiento al protagonizar el primer beso entre dos hombres en televisión (Photo by Silver Screen Collection/Getty Images)

Su debut en el cine se produjo en 1969 con un papel en “Women In Love” de Ken Russell, y desde entonces, su carrera en la pantalla incluyó roles destacados como el del Mayor General Ross en la serie de televisión “Sharpe” y el padre de Pink en “Pink Floyd: The Wall” de Alan Parker. En el teatro, Laurenson brilló en roles protagónicos para la Royal Shakespeare Company y el National Theatre, convirtiéndose en un habitual con la Peter Hall Company tras su fundación en 1998. Peter Hall lo describió como “un gran actor” debido a su calidad de “hombre común”, un rasgo distintivo de los actores sobresalientes.

En la década de 1990, Laurenson se mudó de Londres a Frome, Somerset, donde continuó activo en el teatro hasta bien entrados sus años, participando en producciones de verano de la Peter Hall Company en el Theatre Royal, Bath.

En 2011, fue nominado a un premio Olivier por Mejor Actor en un Papel de Reparto por su interpretación del Fantasma y el Rey Jugador en la aclamada producción de “Hamlet”, dirigida por Nicholas Hytner. Su performance llamó la atención de figuras como Stephen Sondheim, quien lo elogió en un correo electrónico enviado al elenco.

Laurenson también tuvo una destacada carrera en el teatro 
(Photo by robbie jack/Corbis via Getty Images)
Laurenson también tuvo una destacada carrera en el teatro (Photo by robbie jack/Corbis via Getty Images)

Laurenson también se destacó en televisión, participando en la primera representación de un beso entre dos hombres frente a cámaras en la producción de la Prospect Theatre Company de “Edward II” de Christopher Marlowe, junto a Ian McKellen. A pesar de las potenciales controversias, el hecho pasó con relativamente poca conmoción solo tres años después de la despenalización de la homosexualidad en Reino Unido.

Su carrera también estuvo marcada por participaciones en series como “Coronation Street”, “State of Play”, “Spooks” y la serie australiana “Boney”. Entre sus papeles más recientes y destacados se encuentra el del doctor Weir en la aclamada serie de Netflix, The Crown.

Durante sus últimos años, el actor disfrutó de una vida tranquila.
Durante sus últimos años, el actor disfrutó de una vida tranquila.

Además de su destacada carrera, Laurenson disfrutaba de la vida tranquila en Somerset, paseando a su perro y disfrutando de la música de Oscar Peterson y Dizzie Gillespie. Su primer matrimonio con la actriz Carol Macready terminó en 1997; le sobreviven su segunda esposa, Cari Haysom, y su hijo Jamie de su primer matrimonio.

Laurenson falleció el pasado 18 de abril, pero es hasta ahora que se reporta su deceso, dejando tras de sí una carrera llena de logros y un impacto duradero en las artes escénicas.