Tarifas, prepagas, remedios y alimentos: los precios que siguen atrasados y los que más subieron

La corrección de las distorsiones todavía arroja un mapa caótico en materia de inflación por sectores. El caso más delicado es el de salarios porque mantienen una notable caída en términos reales

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El consumidor se encuentra con muchos precios que estaban adelantados y que subieron más que la inflación en el corriente año (NA)
El consumidor se encuentra con muchos precios que estaban adelantados y que subieron más que la inflación en el corriente año (NA)

A pesar del proceso de corrección iniciado en los últimos meses, el mapa de los precios en la Argentina sigue siendo caótico, con sectores cuyos valores acumularon un enorme atraso en los últimos cuatro años, pese a subir marcadamente con el nuevo Gobierno y otros que, en contrapartida, subieron muy por encima de la inflación –es decir, que se adelantaron–, pese a que no acusaban rezagos.

Muchos economistas observan que el proceso de regularización de esas distorsiones respecto de referencias históricas está lejos de ser inmediata y pareja para todos.

Hay de todo: precios que en diciembre último ya eran caros o, mejor dicho, habían subido por encima de la inflación, y que en los últimos cuatro meses siguieron aumentando y otros que ya eran baratos y se mantuvieron en baja en términos ajustados por la variación del índice general de precios del Indec.

Lo que raramente se encuentra en el mercado es precios en equilibrio

Es decir, precios atrasados que se retrasaron más y precios adelantados que avanzaron aún más. En el medio, se advierten valores que estaban rezagados y se ajustaron y otros que se ubicaban altos y cedieron.

Lo que raramente se encuentra en el mercado es precios en equilibrio, esto es que permite cubrir los costos y generar un margen de rentabilidad a lo largo de la cadena de producción y comercialización

Es lo que surge de un análisis elaborado por el economista Juan Manuel Telechea, director del Instituto de Trabajo y Economía Germán Abdalá, en el que recopiló la evolución de los precios de los distintos sectores durante los cuatro años del gobierno anterior y el desempeño posterior al cambio de gestión.

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En el caso de las tarifas de servicios públicos el estudio de marras estimó que acumulaban a fin de 2023 un atraso de 60%, mientras que medicamentos o indumentaria estaban entre 20% y 50% por encima de la suba del resto de los precios, de ahí se derivan las cuatro categorías mencionadas.

En la primera de ellas, los precios altos que subieron aún más después de la corrección cambiaria de diciembre y siguen por encima de la inflación acumulada desde ese mes hasta abril se encuentran los remedios, los autos y la categoría más sensible al índice de inflación y también al humor social de la clase media y baja: los alimentos.

Los precios altos que subieron aún más después de la corrección cambiaria de diciembre y siguen por encima de la inflación acumulada hasta abril se encuentran los remedios, autos y alimentos

Cabe aclarar también que si bien esos precios reaccionaron inicialmente con fuertes subas en diciembre y enero, se encuentran ahora entre los que más rápido están corrigiendo esa dinámica. No sólo se apaciguó el ritmo de suba, sino que en algunos productos incluso bajaron, en respuesta a la fuerte contracción de la demanda.

El gráfico de Telechea, con todo, muestra que ese proceso a la baja todavía tiene margen para sostenerse sin caer en el grupo de los atrasados ya que se ubican entre 2 y 3 puntos por encima de la inflación acumulada.

El cuadrante opuesto es el de los precios que estaban atrasados y se rezagaron aún más. El ejemplo más saliente y complejo de este grupo es los salarios, 12% en términos reales por debajo del nivel de noviembre último, cuando ya estaban en niveles mínimos, al punto que se estima que más del 30% de los trabajadores registrados cayó por debajo de la línea de pobreza.

El ejemplo paradigmático es la indumentaria, cuyos precios se retrasaron en los últimos meses casi 20 puntos respecto del nivel general de inflación (Cuartoscuro)
El ejemplo paradigmático es la indumentaria, cuyos precios se retrasaron en los últimos meses casi 20 puntos respecto del nivel general de inflación (Cuartoscuro)

“El caso más relevante es el de los salarios, que se redujeron 9% entre noviembre del 2023 y marzo del 2019 (donde ya tenían un nivel bastante bajo) y otro 12% en estos 4 meses, dando como resultado una caída acumulada del poder adquisitivo de casi 20% en los últimos 5 años”, explicó el economista, quien también incluyó a los alquileres en este conjunto aunque sólo por una cuestión metodológica de medición.

Finalmente se encuentran las dos cuadrantes de evolución “más lógica”. Es decir, aquellos atrasados que subieron por encima de la inflación para corregir ese retraso como el caso de las prepagas, ahora en instancia de marcha atrás, o el transporte y también los servicios públicos.

Por último, se cuentan aquellos sectores con precios que estaban adelantados y que en estos últimos cuatro meses tendieron a corregir ese desvío. Acá el ejemplo paradigmático es la indumentaria, cuyos precios se retrasaron en los últimos meses casi 20 puntos respecto del nivel general de inflación y también recreación y cultura, restaurantes o muebles para el hogar, todos rubros muy sensibles al nivel de actividad económica y, sobre todo, de poder adquisitivo.

Un trabajo similar, también con conclusiones que derivan en el tremendo esfuerzo todavía por delante para eliminar las distorsiones de precios relativos, hizo en abril la consultora Eco Go que dirige Marina Dal Poggeto, para identificar el impacto hasta el momento de la corrección y, sobre todo, lo que falta por acomodar.