Frente a la crisis económica y los recortes, la Feria del Libro se resiste a abandonar su esplendor

La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires es uno de los eventos más esperados tanto para los porteños como para aquellos que visitan la ciudad: algunos viajan varias horas para llegar a este predio enorme que reúne una inimaginable cantidad de autores y editoriales. Es imposible no remitirnos a nuestra infancia, cuando íbamos con todos los ahorros y hacíamos los primeros cálculos para comprar la mayor cantidad de libros posible, nos adentrábamos en ese laberinto de historias con una mezcla de entusiasmo y ansiedad. Era una travesía hacia lo desconocido, donde cada libro tenía el potencial de convertirse en su nuevo favorito.

Las visitas organizadas por el colegio se convertían en excursiones al corazón de la literatura, donde el bullicio característico de la Feria servía de banda sonora a una experiencia inolvidable. Charlas entre escritores, risas de amigos y el ocasional acorde de alguien probando un instrumento musical, creaban un ambiente único, casi mágico, que solo se vivía entre aquellos pasillos llenos de libros. Pero, más allá de los sonidos, era el olor el que sellaba la experiencia en la memoria del autor. Esa fragancia particular, una mezcla de páginas nuevas e historias esperando ser descubiertas, se convertía en el sello distintivo de la Feria.

Es que se trata de un evento que convoca año tras año a una multitud de asistentes, tanto locales como internacionales, quienes se congregan con un objetivo común: su pasión por los libros. Este encuentro, organizado en La Rural, es uno de los más importantes del calendario cultural argentino, ofreciendo un vasto programa de actividades relacionadas con la literatura y la industria editorial.

Los primeros días son clave para marcar el termómetro de cómo serán las ventas y acerca de la cantidad de visitantes que irán y sus intereses. Durante las semanas en las que se desarrolla la feria, los visitantes pueden disfrutar de presentaciones de libros, charlas con autores, paneles de discusión, talleres de escritura y lectura, actividades para niños, y espectáculos de música y danza, entre otros. Estas actividades buscan promover el diálogo entre los autores y sus lectores, fomentar la lectura en todas sus formas y celebrar la diversidad cultural.

A pesar del contexto económico, el clima que se vive en la Feria del Libro es de auténtica fiesta. Corredores y stands se llenan de entusiastas de todas las edades, profesionales del libro, escritores, editores, bibliotecarios y educadores, todos unidos por el amor a los libros. La feria proporciona un espacio único para descubrir nuevas obras y autores, reencontrarse con clásicos y, sobre todo, para vivir la experiencia compartida de la lectura en comunidad.

Sin embargo, en los primeros días, se ha notado una tendencia preocupante en el sector del libro, con una disminución en el volumen de ventas que ha puesto en alerta a libreros y editoriales. Esta situación ha generado una creciente inquietud entre los profesionales del sector, quienes se enfrentan al desafío de adaptarse a un mercado cada vez más cauteloso por parte de los consumidores. Un fenómeno particularmente visible es que los visitantes, ahora más que nunca, consultan los precios antes de realizar cualquier compra, evidenciando una actitud reflexiva y meditada.

Esta mayor sensibilidad hacia el precio refleja no solo un cambio en el comportamiento del consumidor, sino también plantea interrogantes sobre cómo incentivar la compra de libros en un contexto económico que parece influir en la decisión final del lector. La situación actual requiere de estrategias innovadoras por parte de librerías y editoriales para lograr reactivar el interés y la inversión en la literatura, en un momento en que la valoración cuidadosa del gasto se ha convertido en una norma para muchos visitantes.

En la Feria del Libro, los stands representativos de las distintas provincias de nuestro país se erigen como auténticos embajadores culturales. Provincias como Córdoba y Santiago del Estero están entre los máximos exponentes, destacándose por su vibrante presencia. Córdoba, con su tradición histórica y su pujante escena literaria contemporánea, atrae a los visitantes con colores vivos y música típica que resuena con la esencia de la provincia. Por su parte, Santiago del Estero comparte su rica herencia cultural a través de relatos que hablan de tradiciones, mitos y leyendas arraigadas en el corazón del monte santiagueño.

Además de la diversidad cultural enriquecedora que aportan las provincias, países vecinos de la región como Perú y Chile hacen presencia con stands que buscan promover un diálogo intercultural a través de la literatura. Perú, con una historia literaria que se extiende desde lo precolombino hasta la vanguardia, y Chile, tierra de poetas laureados y novelistas de renombre, organizan charlas y encuentros con el fin de dar a conocer a sus escritores regionales. Estos espacios permiten a los visitantes sumergirse en las tradiciones literarias de cada país, enriqueciendo el mosaico cultural de la feria.

No obstante, es Lisboa, la ciudad invitada de este año, la que se lleva la máxima atención. Este reconocimiento brinda una oportunidad única para celebrar y explorar el legado literario portugués, con figuras emblemáticas como Fernando Pessoa y autores jóvenes como Yara Nakahanda Monteiro, Bruno Vieira Amaral y Afonso Reis Cabral, que visitarán la feria. Se trata de una ventana a la literatura portuguesa y también a su cultura, historia y forma de vida, promoviendo un encuentro enriquecedor entre los visitantes y la vasta tradición literaria de la ciudad.

Uno de los aspectos más destacados del evento es la participación de invitados internacionales, que incluye a renombrados escritores, pensadores y artistas de la escena literaria mundial, enriqueciendo aún más el programa con perspectivas globales, ofreciendo un espacio de celebración, aprendizaje y diálogo en torno a la literatura, con un ambiente de entusiasmo y alegría que contagia a todos los que la visitan.

Los pasillos de la feria se llenan de vida y color gracias a la energía incontenible de niños y adolescentes, quienes, llevados por el entusiasmo y la curiosidad, recorren con agilidad los stands, sus ojos brillando ante cada nuevo descubrimiento. Forman filas llenas de expectativa y emoción para asistir a las charlas que despiertan su interés, mostrando una admirable paciencia por escuchar a aquellos autores que llenan sus mundos de imaginación y aventuras. La emoción alcanza su punto más alto cuando tienen la oportunidad de encontrarse cara a cara con sus escritores favoritos, extendiendo con manos temblorosas un ejemplar para recibir esa anhelada firma, un momento mágico que sella la unión entre la palabra escrita y su joven admirador. Este vibrante ambiente refleja la vitalidad de la feria, un lugar donde el entusiasmo por la lectura y el amor por los libros se contagia de generación en generación.

Por esa razón, uno de los encuentros más esperados fue que unió TikTok con el mundo de la literatura a través del fenómeno #BookTok. Allí se exploró cómo una plataforma digital conocida por su contenido breve y dinámico está fomentando la lectura entre centenares de miles de personas. La sesión, titulada “el fenómeno de la lectura en TikTok”, buscó ser un punto de convergencia entre la velocidad de la era digital y la pausa reflexiva que propone la literatura. El origen de este movimiento se remonta al año 2020, coincidiendo con el comienzo de la pandemia del Covid-19. Durante este periodo de aislamiento y búsqueda de conexiones humanas, muchas personas encontraron en #BookTok un espacio para el intercambio de pasiones literarias, fomentando así un nuevo enfoque hacia la lectura en el ámbito digital.

La Feria del Libro no solo se focaliza en la venta de libros, sino que también pone un fuerte énfasis en el fomento de la cultura y el conocimiento a través de sus numerosas actividades. Es un evento que refleja el estado actual de la industria editorial, mostrando las últimas tendencias literarias y los desafíos que enfrenta el sector, como la digitalización y la promoción de la lectura en la era digital.

La feria culminará el próximo lunes 13 de mayo, en el Predio Ferial de La Rural. Los días y horarios para visitar la Feria serán de lunes a viernes de 14 a 22 horas. Los sábados, domingos y el miércoles 1 de mayo, el evento iniciará una hora antes. Los tickets generales de lunes a jueves (a excepción del miércoles 1 de mayo) se venden a $3.500. Los viernes, sábados, domingos y feriados, los precios aumentan a $5.000. Existe igualmente una opción de pase para tres accesos, con un costo de $7.500, permitiendo la entrada a la Feria en tres ocasiones distintas.